Triste, la noche me sorprende
y quedo atrapado en su luz,
seducido y embriagado
de su perfume.
Sin resistencia que ofrecer,
sin esperanza ya
de hallar algo grandioso hoy,
la noche gana terreno
en mi interior
y me adopta. Huérfano ya,
la adoro y la hago mi bandera,
enseña pirata y brava,
fondo negro de luces espectrales;
mapa de las rutas prohibidas
de la noche eterna
en la que imagino
que entro
cada noche.