a veces pasas por esa puerta
y te estremeces y no sabes por qué.
No entras, pero la has visto,
es la puerta.
Sabes qué hay y eso basta.
Pasas de largo pero su recuerdo
te sigue, todo el día.
Algo se cierra dentro de ti,
una puerta que no puedes abrir.
Mañana, tal vez pasado mañana
la olvides. Y tu vida se llene
de puertas abiertas.
Hoy, para qué seguir,
qué se puede esperar de mí
Tal vez tú, a quien no conozco,
puedas ayudarme a olvidar
tantas cosas que quedaron,
que ya no sirven, y abrir
mundos, mares, cielos en mí
que ahora no están, no los hay.
Tal vez una sonrisa me dibuje
un atardecer nuevo y especial
sin dolor de alma por fin, sin heridas
que no merezco, en mi espalda.
Ojalá tú seas lo que busca mi alma
maltrecha y fatigada, confundida,
simplemente tus ojos claros sinceros
alimenten los míos secos de mirar al sol
mientras los quema, sosieguen mi aliento
sincopado, devuelvan vida a mi sonrisa
en otro tiempo luminosa, abriendo
puertas de luz, de viento, de amor,
de vida, de risa, amistad y pasión.
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